En el municipio de Chigorodó, la Alcaldía Municipal, en alianza con Comfenalco Antioquia, ha puesto en marcha la primera granja comunitaria de acuaponía autosostenible, una iniciativa innovadora que busca fortalecer la seguridad alimentaria y promover la producción sostenible en la comunidad. Este proyecto representa un paso significativo hacia la implementación de modelos agroecológicos que combinan la piscicultura y el cultivo hidropónico, permitiendo la producción de alimentos frescos de manera eficiente y respetuosa con el medio ambiente.
Ubicada en el barrio Los Olivos, la granja cuenta actualmente con 204 alevinos de tilapia y una variada producción de hortalizas y hierbas aromáticas, entre las que se incluyen cilantro, tomate, lechuga y pepino. La integración de estos sistemas de producción no solo optimiza el uso de recursos naturales, como el agua y los nutrientes, sino que también genera un ciclo sostenible en el que los desechos de los peces sirven como fertilizante natural para las plantas, reduciendo la necesidad de productos químicos y minimizando el impacto ambiental.
Desde su concepción en 2022, la granja ha contado con la participación activa de más de 80 personas de la comunidad, quienes han estado involucradas en las fases de validación y adaptación del modelo a las condiciones locales. En 2024, con el propósito de fortalecer el impacto del proyecto, se implementó un programa de formación dirigido a 35 líderes comunitarios, quienes están recibiendo capacitación en el diseño, mantenimiento y replicación de sistemas de acuaponía. Con el acompañamiento de expertos en agroecología, se busca que esta iniciativa pueda extenderse a otras comunidades dentro del municipio y, eventualmente, a diferentes regiones de Antioquia.
Además de garantizar el acceso a alimentos saludables y libres de agroquímicos, la granja comunitaria se proyecta como un centro de innovación en agricultura sostenible. Gracias al respaldo de la Alcaldía de Chigorodó y Comfenalco Antioquia, que han aportado en infraestructura y formación técnica, se está generando un modelo replicable que puede ser adoptado por otras comunidades con el fin de mejorar sus condiciones de vida a través de prácticas agrícolas responsables y sostenibles.
Este proyecto no solo impacta en la seguridad alimentaria de la población, sino que también fomenta el emprendimiento y el desarrollo económico local, permitiendo que los participantes adquieran conocimientos que pueden ser aplicados en nuevas iniciativas productivas. Con este tipo de estrategias, Chigorodó avanza hacia un modelo de producción más sostenible, donde el cuidado del medio ambiente y el bienestar de la comunidad van de la mano en la construcción de un futuro más equitativo y resiliente.