Por: Robinson Tavera Villegas
Tuve la oportunidad de escuchar por Puerto Stereo, la mañana del 23 de diciembre, una entrevista al exalcalde Eliécer Arteaga, coordinador de empalme de la entrante administración con la de Felipe Cañizalez y la verdad me sorprendió escuchar de una voz autorizada, lo que popularmente se escucha en los “mentideros públicos”; así eran conocidos los lugares públicos de las primeras ciudades europeas en los que los ciudadanos acudían a conversar e intercambiar información en una especie de primitivo periodismo oral.
Debo confesar que me gusta escuchar a las personas y en ocasiones controvertir, porque procuro encontrar profundidad argumentativa en los comentarios y opiniones; además que por mi formación periodística evito dar credibilidad a lo expresado sin soporte válido, por aquello de que las personas en muchas ocasiones opinan con los sentimientos, lejos de la investigación y el raciocinio y fácilmente se detecta sesgos de parcialidad muy cerca a la injuria y la calumnia.
Con el ánimo de informar a la comunidad los avances del empalme, el señor Eliécer Arteaga, en forma tranquila, sin ánimo pendenciero y, por el contrario, con mucho respeto con los funcionarios de la alcaldía y con el mismo mandatario, explica por Puerto Stereo los hallazgos, los inconvenientes de algunas dependencias reticentes y la armonía con otras que facilitan un proceso natural de información y entrega del patrimonio de una administración que termina a otra que comienza
Valga entonces decir que lo expresado por el señor Arteaga coincide perfectamente como piñones de un motor con la voz populi del entorno apartadoseño, es decir la gente está ampliamente enterada que el señor alcalde Felipe Cañizalez gobernó a manos llenas, inicialmente con un crédito de $40.000 millones de pesos, pasando la deuda del municipio de $32.000 millones a $70.000 millones en la actualidad y el recaudo por impuesto anual, pasó de $32.000 millones a $42.000 millones, ello quiere decir que obtuvo $10.000 millones de pesos más por año para libre inversión; amen que hábilmente Cañizalez solicitó ampliar el periodo de gracia con el sector financiero para evadir pagar la deuda y solo enfocarse en los intereses.
Le corresponde al alcalde Héctor Rangel asumir en forma responsable el pago de la deuda y para ello debe, desde el primer día de su gobierno, procurar aumentar el recaudo, disminuir los gastos y enfocarse en la actualización catastral, y apretar a los evasores de Industria y Comercio.
Veamos algunas observaciones del exalcalde Arteaga. El famoso proyecto del Centro de alto rendimiento, que se convirtió en un coliseo de combate de $27.000 millones, aún no ha iniciado, no cuenta con presupuesto para dotación y al parecer está desfinanciado.
Las también famosas Unisafas para el sector rural, por un valor de $13.000 millones, con serios cuestionamientos, se encuentra estancado en un 30%; hay mucho ruido de corrupción.
El también famoso proyecto Plan Maestro: de cara al río, se convirtió en proyectos de parque lineales que no resuelven el problema de las inundaciones en época de lluvia
El doblemente famoso Hospital regional, que inicialmente se proyectó con la suma de $92.000 millones de pesos, pasó a costar después de la pandemia $135.000 millones, imposible de “otro si” del Ministerio, por superar el 30% del costo inicial, entonces acude Cañizalez exonerar por decreto a la constructora del pago de estampilla, para finalmente hacer el cierre financiero por $87.000 millones castigando de paso al sector cultural con la promesa incumplida de devolver los recursos capados. No contento con ello, Cañizalez pretende hacer un desembolso a la empresa constructora por $30.000 millones cuando aún no han dado un palazo a la tierra.
Recientemente, he visto por las redes sociales señalamientos muy delicados contra el alcalde Cañizalez por el supuesto de tratar de hacer unos movimientos y traslados millonarios al final de su administración que lo favorecerían a él y a un grupo de familiares y amigos.
Cuando uno ve a Cañizalez y escucha los discursos, pareciera un hombre honrado, transparente, incapaz de robarse un solo peso, por ello, considero que el enorme respaldo electoral que recibió en 2019 se debió a la esperanza del pueblo por un gobierno abierto, transparente, de rendición de cuentas, de lucha contra la corrupción; un gobierno con autoridad, de transformaciones sociales y culturales que permitiera un desarrollo integral del territorio. Felipe hizo todo lo contrario; se dedicó a echar concreto, lo que más criticó de la administración que le precedió; Y resulta que echar concreto es lo más fácil que puede hacer un alcalde, solo se necesita dinero, unos cuantos ingenieros y quien volee pala; con el agravante que le deja una deuda enorme al nuevo alcalde y unas obras en papel, desfinanciadas y lo peor, demasiada suspicacia en el manejo de los contratos en forma directa y a través del EDUH que es la manera más fácil de robar que tienen los alcaldes.
Cuando yo conocí a Felipe Cañizalez ejercía como coordinador deportivo de Comfamiliar Camacol, en el 2011 después tuve la oportunidad de hablar muchas veces con él, cuando pasó a dirigir el IMDER de Apartadó en el Gobierno de Gonzalo Giraldo; estuve algunos meses apoyando su primera campaña electoral y me retiré precisamente, porque noté en su conducta a un manipulador con un aire de soberbia insoportable para mi espíritu. Perdió la alcaldía con Eliécer Arteaga, y cualquier día me encontraba yo en el restaurante la Carreta, me abordó, se disculpó (me pereció que con humildad) y me pidió que lo acompañara en la siguiente campaña electoral, así lo hice, especialmente por tratarse de un candidato que venía de unos procesos sociales y deportivos muy interesantes denominado “La red de Urabá Joven”, con promesas de luchar contra la corrupción, de salvar a los jóvenes; de diálogo permanente con los líderes y campesinos, y con el famoso cuento de los entornos protectores, el entusiasmo creció en los corazones de todos; me entregué a la campaña como tantos cientos de líderes y Felipe radiante de felicidad, ganó con una amplia votación la alcaldía de Apartadó 2020-2023.
En varias ocasiones he escuchado a Cañizalez presentarse en sus discursos como periodista, realmente, no lo es, ni lo ha sido; desde una emisora local, estando muy joven, dirigió un programa deportivo y musical, pero eso no lo hace periodista a él ni a nadie. El especialista en Ciencias de la Información, José Luis Dader señala que el periodismo, es una ciencia que combina la recopilación, verificación, síntesis y clarificación de la información acreditada como relevante y cierta, para servir desinteresadamente a los ciudadanos en su necesidad de un seguimiento preciso de los asuntos de interés público o potencialmente capaces de afectar a sus vidas, especialmente para seguir y controvertir al poderoso y al que le hace daño a la sociedad. Permítame decir con todo respeto que Felipe podrá ser un buen locutor con una buena labia, pero jamás ha tenido ni tendrá espíritu de periodista.
Ignoro cuanta verdad hay en los señalamientos que se la hacen a Cañizalez, lo cierto es que ha sido el mandatario con una chequera pública bien gorda, que manejó a manos llenas y que hábilmente montó a EDUH (Empresa para el Desarrollo Urbano y Hábitat de Apartadó) puso allí un gerente que manejó a su antojo y entregó contratos en forma directa amén de contratos con otros municipios. Lo que sí estoy seguro o al menos tengo la firme percepción es que oculta información relevante; ello lo hace una persona maliciosa, reservado, astuto, solapado, lo contrario de una conducta abierta y franca
Cañizalez miente y engaña fácilmente, es de un perfil politiquero, no gusta de los periodistas que lo cuestionan. Tampoco le gusta dar ruedas de prensa, y en su cuatrienio favoreció en contratos de información, exclusivamente a dos emisoras con cifras millonarias, sin preguntas que lo incomodaran y, por el contrario, en no pocas ocasiones con toda clase halagos e inclinaciones reverentes endiosando su ego.
Hace poco le envié un mensaje por WhatsApp, para que me diera una entrevista y me explicara varios proyectos, entre ellos el de cacao, limón Tahití y maracuyá, porque los ofrecimientos iniciales que hizo y las entregas a los campesinos no coinciden y me parece muy alto el costo de las plántulas distribuidas a los labriegos. No obtuve respuesta.