La región, representada por sus habitantes, se dirige al Presidente de Colombia con un llamado urgente: la paz para la región. Durante años, han soportado el despojo de sus viviendas y han sido víctimas directas del conflicto armado que ha sacudido sus comunidades. Sin embargo, más allá de los daños materiales sufridos, hay una demanda más profunda y vital: la paz que les permita reconstruir sus vidas y mirar hacia un futuro lleno de esperanza.
En este clamor por la paz, se destaca la preocupación por los jóvenes de la región, quienes representan no solo el futuro, sino la fuerza motriz para la transformación y el progreso. Son los futuros deportistas, los líderes comunitarios y los defensores de los derechos que anhelan un entorno seguro y pacífico donde puedan desarrollarse plenamente.
La paz, para estos habitantes, no es solo la ausencia de conflicto armado, sino un estado de armonía y justicia que abarca a todos los sectores de la sociedad. Desde los campesinos que trabajan la tierra hasta las víctimas del conflicto que buscan reparación y reconciliación, todos anhelan un futuro donde la convivencia pacífica y el respeto por los derechos humanos sean la norma.
Por lo tanto, el llamado es claro y contundente: la paz para toda la región es una necesidad apremiante. Es hora de que el gobierno y todas las partes involucradas redoblen sus esfuerzos para garantizar un proceso de paz inclusivo y duradero que traiga estabilidad y prosperidad a estas comunidades que tanto lo necesitan.