Dicen que los jóvenes de hoy no están interesados en la política. Es cierto que existe un distanciamiento entre los jóvenes y la clase política debido a muchos motivos. La realidad es cada vez más precaria para los jóvenes. Los datos son terroríficos en España: paro juvenil cercano al 30%, sueldos medios mensuales de 1.050 euros, alquileres desorbitados… Los programas políticos no incluyen medidas en favor de los jóvenes, más allá de bonos culturales u otros pequeños detalles insustanciales. Los partidos ni siquiera son capaces de acordar programas educativos estables. Los jóvenes han empezado el último curso de Bachillerato sin conocer detalles sobre las pruebas de acceso a la universidad, la inversión en idiomas sigue siendo mínima, etcétera. Y, por último, no hay referentes políticos. Además, la percepción global de corrupción y mentiras constantes entre los políticos no ayudan.