Durante una agenda territorial en Pasto, Nariño, se conoció la historia de Michael Paz, un joven artista y cultor del Carnaval de Negros y Blancos, una de las festividades más representativas de Colombia. Este carnaval, reconocido en 2009 por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, es una manifestación de identidad, creatividad y unión entre las comunidades del suroccidente del país.
Michael Paz es parte de una nueva generación que ha heredado la pasión y el compromiso por mantener viva esta tradición. Su amor por el carnaval ha sido alimentado por el trabajo de generaciones anteriores, quienes han dedicado su vida a transmitir los conocimientos y técnicas que dan vida a las impresionantes carrozas, comparsas y expresiones artísticas que caracterizan esta celebración. “Gracias a todos nuestros maestros portadores, cultores del carnaval, por hoy tener esta hermosa fiesta a nivel mundial”, expresó Paz, reconociendo la labor de quienes han hecho posible que el carnaval trascienda fronteras.
El Carnaval de Negros y Blancos es mucho más que una festividad; representa el esfuerzo colectivo de artistas, familias y comunidades enteras que convierten sus hogares en talleres, donde se moldean las figuras gigantes y se diseñan las coreografías que deslumbran a miles de visitantes. Más allá de la música y el color, este evento encarna un mensaje de tolerancia y respeto por la diversidad cultural, valores esenciales para la construcción de una sociedad incluyente.
Cada año, el carnaval transforma a Pasto en un escenario de alegría y creatividad, donde el arte popular se convierte en un puente entre el pasado y el futuro. Con jóvenes como Michael Paz comprometidos en preservar su esencia, esta tradición continuará siendo un símbolo de identidad y orgullo para Colombia y el mundo.